Como cada día dispuesto a encarar la carretera que me aleja de Poblete y me lleva a esos momentos, podríamos decir, algo menos felices que se desarrollan en el entorno laboral, escuchaba ayer la noticia de un asesinato, vil asesinato perpetrado por un demente, un HIJO DE PUTA como no hay en la vida otro, salvo los de la misma calaña. Gente de personalidad enferma que destruyen en vida y acaban con la misma a quien más razón para vivirla les ha dado, compañeras, amantes, mujeres, novias, confidentes, amigas, personas al fin y al cabo.
Decía que cuando escuché la
noticia me quedó, como siempre que se produce, un amargo sabor en la boca aunque esta vez el dolor se torno indignación y rabia. Una cadena de televisión volvió a recurrir a la lágrima fácil del espectador culocuadrado en un programa de televisión emitido en directo el día 18 de noviembre engañando vilmente a una mujer a que acudiera con vaya usted a saber que triquiñuela para darse de bruces con el novio con el que había determinado finiquitar la relación. El engaño se me torna hoy desproporcionado por dos razones, la primera irreemplazable: el asesinato de la mujer, la segunda pone los pelos como escarpias: el HIJO DE PUTA había sido condenado el 31 de octubre a once meses de prisión y a la pena de alejamiento, pero la sentencia no le había sido comunicada a ninguna de las partes.
El diario de Patricia, tv basura que emite Antena 3, debería hacer un examen de responsabilidad con carácter de urgencia puesto que no es el primer caso en el que el desarrollar de los acontecimientos se tiñe de negro. Engañar vilmente a una mujer a que se encuentre con su maltratador es sencillamente lamentable. Ni siquiera que al programa de Gaztañaga lo sigan 2 millones de ¿personas? le da crédito en un caso con unas consecuencias de esta magnitud.
Afortunadamente para los que en este descastado planeta quedamos 'Hay sobre la tierra más flores que serpientes' (Jose Martí).
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