Sea cual sea la categoría en la que cada ser humano está inscrito, la sociedad, esta sociedad moderna, lleva directamente al
homo obesus, especie traida como consecuencia del desarrollo evolutivo de la especie y al inadecuado uso que le damos a su organismo en este siglo XXI que nos toca vivir. Uno de los, quizás el mayor, problemas en que más se acentúa esta división de caminos es la alimentación. El diseño evolutivo no nos pone en el lugar en que la sociedad moderna nos quiere ubicar y empezamos (los seres humanos) a desarrollar enfermedades consideradas 'de la opulencia' (diabetes, obesidad, hipertensión, arteriosclerosis o dislipemia) .
Dos lecturas recomendadas (aunque con una todavia ando a medias):
♣ la ciencia de la salud de Valentin Fuster, ed. Planeta
♣ el mono obeso de Jose Enrique Campillo, ed. Crítica
Yo no, eso espero, creo tener a día de hoy ninguna de estas enfermedades 'opulentas' pero esto viene a que llevo desde que terminé el maratón de Benidorm [3h37'20] con algunos pinchazos estomacales y evacuando el vientre con alguna sorpresa cruenta. No sé si por alimentación inadecuada en los días anteriores, aunque no creo haber variado nada de lo que hago habitualmente salvo el desayuno (1 kaki + 1 naranja + batido de leche de soja con sabor fresa + 2 barritas de cereales sabor manzana). Supongo que estas molestias estarán más asociadas al esfuerzo realizado durante las 3 horas largas de carrera, la paliza de coche, o las 24 horas sin el aliento de Ana (sin desmerecer la compañía de los foristas de elatleta que tuve en Benidorm), que al desayuno de probatura a pesar de que siempre se aconseja no hacer nada que no se haya probado antes, hay ocasiones en que no importa hacerlo (como este domingo). Es cierto que en 48 horas ha ido disminuyendo y las molestias van remitiendo pero hay que seguir creciendo, leyendo, informándose sobre esto de correr, alimentarse, probar, anotar, corregir, aumentar, etc.